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jueves, 20 de diciembre de 2018

Pecado de idolatria.

Del cuaderno de Poemas Pecado de Idolatría.(1996).

pero mudo y absorto y de rodillas,
Como se adora a Dios ante su altar.
Como yo te he querido...desengáñate:
Así no te querrán!
Gustavo Adolfo Becquer

Yo me delato cuando estoy pensando en ti
(...)
Pero no cambio lo mejor por un pecado
pecar es ser capaz de comprenderlo todo
(....)
pecar es ser capaz de dar un paso más
Yo peco tanto cuando estoy pensando en ti.
Silvio Rodríguez Domínguez.

Apocalipsis

Estos poemas son mudos como una piedra
porque si hablaran habría un equinoccio permanente
No se acabaría el eclipse,
el mar de leva, el terremoto..
Si estos poemas dijeran todo lo que siento
jamás habría tregua,
el diluvio universal sería para siempre,
si dijera que te amo
la tierra se abriría.
El juicio final daría su comienzo
Jesucristo haría su revelación.
Juan escribiría a las siete iglesias.
Vendría un desfile de mensajes.
Se escucharía el sonido
de innúmeras trompetas.
El dragón expulsaría un fuego devastador.
Los monstruos cantarían.
Los ángeles harían señales terribles.
La calamidad se entronaría.
Yo sería condenada.
Beberíamos las copas del castigo.
Caería Babilonia entre tus piernas y las mías.
Derrotaríamos al Diablo.
Haríamos un cielo y una tierra nuevos,
la nueva Jerusalén.
Y la venida de Jesucristo sería ya.

Diana Margarita Cantón Martínez.

Adoración

Jamás leí mis manos,
me tiré las cartas,
fui a misa,
pregunté los mensajes de los muertos.
Jamás lo pervertí con sortilegios
ni compré a charlatanes medicinas.
Jamás hice hechizos, Dux.
Ninguna droga, encanto, conjuro,
mágico poder o seducción abracé.
Temo mirarle, hablarle...
No he operado sobre él
con ninguna mixtura poderosa
para encender su sangre,
con mieles ni pócimas ni pociones de conquista;
no empozoñé su alma, nada violenté.
Jamás ha escuchado mis plegarias
ni conoció de mis historias.
Yo si supe contingencias y peligros
que tuvo que afrontar.
Solo crucé el río para darle mis escritos,
solo le conté de las estrellas,
le obsequié caracoles y las escasas flores.
Nada de jazmines de El Cabo, de begonias,
embelesos, dalias lilas, moñudas,
de pétalos espesos, nada de violetas.
Nada le escribí en latín, en arameo...
De la Biblia no excluí los libros falsos.
Al Corán no le di ni un vistazo.
Hice caso omiso al adivino del Bulevar
que me asedió oscuro en la acera de la tarde.
Por favor, Dux, que no se asuste
con mis lirios matizados exóticos,
con las orquídeas sobrevivientes de huracanes
que hoy en esqueleto o en ceniza yo le ofrendo.
Que no tema a las mariposas gélidas que enjaulo,
a mis oráculos y apariencia de pitonisa mala.
El muerto, el satánico es él
que me tienta a esta adoración.

Diana Margarita Cantón.

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