Desacato:
Poema que hice en Cuba cuando me censuraron e impidieron el 28 de enero de 2004 ó 2005 una Tertulia Literaria en Homenaje a mi poeta preferido: José Martí, los muchachos del lada verde.
"Desacato".
Los del lada verde de una chapa fútil
me apedrean el sueño
Mancebos esbeltos hasta en la educación
Mancebos que alimentan otros peces preciosos
Mancebos engafados esgrimiendo
leyes de asociaciones disociantes
Los del lada verde son culpables adorables
de una estirpe preñada de trabajos y dolores
Forman parte del circo, del teatro
en el que el intelecto y el espíritu
se venden al payaso y al mago de ocasión larga.
Los del lada verde son peones
que engullirá un rey despiadado
que estruja las banderas y los himnos.
Los del lada verde son
los dueños de mi hogar
y cazan,
pero son parte de la trampa
del cazador mayor,
cuando los temporales
habitan en junio como en enero
y los leopardos no abrigan
y los montes son húmedos y sin clorofila
y los amigos se hunden en el pantano
del miedo, los viajes,
los sobornos literarios y doctores.
Los del lada verde están
en el lado oscuro de la Biblia
No perdieron la carrera ni el trabajo
No están con los malhechores
en la crucifixión
ni en celdas severas
ni en manicomios encomiables
No pierden la convicción,
ni el verso, ni un reclamo
Aun no tienen hijos suicidas,
sidosos, drogadictos, prostitutos literales.
Los del lada verde llevan
bolsas benignas a sus casas
y así esperan la gloria
de sus jaulas.
No tienen parálisis faciales,
ni úlceras sangrantes, ni diabetes,
ni cardiopatías,
trombosis, escabiosis.
Todavía nada
en el esqueleto mortifica.
No dejaron mitades en Florida ni en Africa,
ni en un tiro al blanco,
ni en una terminal.
No tienen bobos, ni locos, ni semillas,
ni enfermeros, ni médicos, ni arientes,
ni parientes en Venezuela,
ni un pintor en Argentina que lastime,
ni una hija en Italia que extrañar,
ni un motivo que contriste su vino,
ni una empanada que vender.
La vida tedavía les sonríe.
Los del lada verde se creen muy felices
(como yo ayer)
con su mirada leve
de narices agachadas
que no cantan siquiera a sus amores.
Los del lada verde no tienen
una duda que esconder,
un juicio que atajar por precaución.
Solo arriesgan la evidencia
y mienten siempre
con todas las arpías que fabrican.
Son toros, águilas-si acaso.
Nada de leones ni de hombres.
Los del lada verde me enseñan
a callar celosamente lo que aprendo
de religiones, circuncisos
y gentiles fraternales congregados.
Los del lada verde parecen sur
y pueden ser el Norte.
Parecen dignos
y pueden ser rameros.
Encías, dentadura,
huesos, pulmones,
estómago, intestinos,
recto, nervios y papeles
se me pudren
Y aun respiro.
Los del lada verde me
enseñan a amar
y a cumplir la ley
que no se propusieron,
ni se propuso Rabsaqué.
Acato a Jehová de los Amores
y la Guerra.
Y desacato el mundo.
(27-28 de enero de 2004 o 2005 Año del Ahora que casi me voy".
"Desacato".
Los del lada verde de una chapa fútil
me apedrean el sueño
Mancebos esbeltos hasta en la educación
Mancebos que alimentan otros peces preciosos
Mancebos engafados esgrimiendo
leyes de asociaciones disociantes
Los del lada verde son culpables adorables
de una estirpe preñada de trabajos y dolores
Forman parte del circo, del teatro
en el que el intelecto y el espíritu
se venden al payaso y al mago de ocasión larga.
Los del lada verde son peones
que engullirá un rey despiadado
que estruja las banderas y los himnos.
Los del lada verde son
los dueños de mi hogar
y cazan,
pero son parte de la trampa
del cazador mayor,
cuando los temporales
habitan en junio como en enero
y los leopardos no abrigan
y los montes son húmedos y sin clorofila
y los amigos se hunden en el pantano
del miedo, los viajes,
los sobornos literarios y doctores.
Los del lada verde están
en el lado oscuro de la Biblia
No perdieron la carrera ni el trabajo
No están con los malhechores
en la crucifixión
ni en celdas severas
ni en manicomios encomiables
No pierden la convicción,
ni el verso, ni un reclamo
Aun no tienen hijos suicidas,
sidosos, drogadictos, prostitutos literales.
Los del lada verde llevan
bolsas benignas a sus casas
y así esperan la gloria
de sus jaulas.
No tienen parálisis faciales,
ni úlceras sangrantes, ni diabetes,
ni cardiopatías,
trombosis, escabiosis.
Todavía nada
en el esqueleto mortifica.
No dejaron mitades en Florida ni en Africa,
ni en un tiro al blanco,
ni en una terminal.
No tienen bobos, ni locos, ni semillas,
ni enfermeros, ni médicos, ni arientes,
ni parientes en Venezuela,
ni un pintor en Argentina que lastime,
ni una hija en Italia que extrañar,
ni un motivo que contriste su vino,
ni una empanada que vender.
La vida tedavía les sonríe.
Los del lada verde se creen muy felices
(como yo ayer)
con su mirada leve
de narices agachadas
que no cantan siquiera a sus amores.
Los del lada verde no tienen
una duda que esconder,
un juicio que atajar por precaución.
Solo arriesgan la evidencia
y mienten siempre
con todas las arpías que fabrican.
Son toros, águilas-si acaso.
Nada de leones ni de hombres.
Los del lada verde me enseñan
a callar celosamente lo que aprendo
de religiones, circuncisos
y gentiles fraternales congregados.
Los del lada verde parecen sur
y pueden ser el Norte.
Parecen dignos
y pueden ser rameros.
Encías, dentadura,
huesos, pulmones,
estómago, intestinos,
recto, nervios y papeles
se me pudren
Y aun respiro.
Los del lada verde me
enseñan a amar
y a cumplir la ley
que no se propusieron,
ni se propuso Rabsaqué.
Acato a Jehová de los Amores
y la Guerra.
Y desacato el mundo.
(27-28 de enero de 2004 o 2005 Año del Ahora que casi me voy".
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