Wednesday, April 20, 2011
Unicornio que ha de volver ( Poema de Diana Margarita anterior a 1996):
Unicornio de anil perdido,
no iluminas tampoco en mi casa,
ni alivias el llanto que pasa
el insomnio de un pecho alarido.
Tu azul se me pierde con ala
y lo atrapo afanosa en un verso
que escapa del hombre perverso,
por lo menos aquí en esta sala.
Animal tan escaso en la brizna.
Animal que te escapas y vuelves
del desierto, la estepa, las nieves,
de la lluvia o de tierna llovizna.
Juguete que tuve y lo vendo
como aquel que regala la luna,
como aquel que no tuvo aceituna
y ahora cae de lleno en lo horrendo.
Piedra bella que Dios me ofrecio.
Unicornio,suave peluche,
que me exige valor y que luche
contra manchas, pues nunca eligio.
Oye, mito, estoy sola, muy sola
y ni tu te acuestas conmigo.
Donde estas esta noche, mi amigo,
que no tengo flauta, consola.
Donde estas, enanito travieso,
que solias hacerle cosquilla
a mi lecho, a mi piso, a mi silla
cuando eras la flor de mi hueso.
Que le importa tu trote o tu vuelo
al imago del siglo indecente
que mintio perfeccion inminente
siendo burdo el presunto consuelo.
A que vida remota tu asciendes
dejandome aqui, en esta muerte,
si yo quise ilusa otra suerte
y esa estrella fugaz que tu enciendes.
Aqui estoy, Unicornio, sin voz,
sin palabra, sin canto, sin fuego.
Vuelve pronto, lo ruego, lo ruego.
Ya tu ausencia es atroz.
no iluminas tampoco en mi casa,
ni alivias el llanto que pasa
el insomnio de un pecho alarido.
Tu azul se me pierde con ala
y lo atrapo afanosa en un verso
que escapa del hombre perverso,
por lo menos aquí en esta sala.
Animal tan escaso en la brizna.
Animal que te escapas y vuelves
del desierto, la estepa, las nieves,
de la lluvia o de tierna llovizna.
Juguete que tuve y lo vendo
como aquel que regala la luna,
como aquel que no tuvo aceituna
y ahora cae de lleno en lo horrendo.
Piedra bella que Dios me ofrecio.
Unicornio,suave peluche,
que me exige valor y que luche
contra manchas, pues nunca eligio.
Oye, mito, estoy sola, muy sola
y ni tu te acuestas conmigo.
Donde estas esta noche, mi amigo,
que no tengo flauta, consola.
Donde estas, enanito travieso,
que solias hacerle cosquilla
a mi lecho, a mi piso, a mi silla
cuando eras la flor de mi hueso.
Que le importa tu trote o tu vuelo
al imago del siglo indecente
que mintio perfeccion inminente
siendo burdo el presunto consuelo.
A que vida remota tu asciendes
dejandome aqui, en esta muerte,
si yo quise ilusa otra suerte
y esa estrella fugaz que tu enciendes.
Aqui estoy, Unicornio, sin voz,
sin palabra, sin canto, sin fuego.
Vuelve pronto, lo ruego, lo ruego.
Ya tu ausencia es atroz.
Ese poema lo escribi como muchos sangrando mi mente, mis emociones, mi espiritu, y tambien mi alma, mi cuerpo, mi cerebro, mi corazon. Fue poco antes de una reunion con el Partido Comunista, en mi nucleo exactamente.
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