Aunque me quedan furia, genio, rebeldía,
rabia, irreverencia, estresores severos...
Yo voy venciendo el mundo.
Aunque me quedan ganas de escribir poesía
y de leer noticias negras, grises, de tono indefinido,
de pintar querubines y ánforas antiguas
y unicornios y príncipes azules
con trazos colegiales
Estoy fija en el madero junto a Cristo
viviendo unido a mí,
entregado por mí
y por ti también,
vistiéndome de nuevo
y con promesa,
cuando quedé desnuda
entre los buitres.
Aunque bebí alguna cerveza,
ciertos vinos alegres juveniles
y bastante té estriñente.
Aunque cometí pecados
hermosos y pueriles
y me inventé reinos
y auras milagrosas...
Yo voy venciendo trampas,
errores y deslices.
Aunque fui comunista,
libertaria,
relajada en ciertas
escasas fugas,
más irreales que reales,
aunque amé sin medida,
idolatré, adoré
a dioses que hice trizas,
cuando me sacudí
feminismo y espíritus
malignos.
Aunque tuve contiendas,
arrebatos de cólera,
altercados y grupos,
divisiones y sectas,
aunque tuve deseos
de romper los gladiolos,
de meterme a mendiga,
de salir con carteles
y de incendiar las calles,
y de romper las puertas
y de tachar consignas
y de pintar letreros
devastadores
y hasta de tirotear
y de poner mis bombas
no sólo en los papeles...
Aunque supe reir,
bailar, divertirme sin frenos,
con luces encendidas
y luces apagadas.
Aunque estuve en los coros,
en estrados brillantes
y precoces
y mi voz acarició
multitudes.
Aunque supe gozar,
vivir a plenitud
el mundo,
siempre busqué
la luz
como bicheja rara.
Aunque me falta paz,
paciencia grande
y cierto autodominio,
he fijado mi carne
junto con mis pasiones,
junto con mis deseos
impresos en papeles
o en botellas de mar.
Aunque fui concursante
y vi la espuma blanca
y la cabeza amiga rota.
Estoy venciendo el mundo
con su carga de odio.
(diciembre 6 del 2009)
"Maritza huye del segundo sol también".
Llegó la nieve real
con su alfombra nívea
y un aire de dolor
me cala
y es un dolor profundo,
diferente:
el de la anciana madre sola,
enferma, triste
y en peligro,
el del hermano loco
de verdad
y por completo,
loco de atar esta vez,
pese a las balas
de goma.
El de la hermana
fugitiva siempre,
el del sobrino
tras rejas
desde niño,
el de la sobrina
recluida
para desintoxicar,
moreteada, golpeada
ferozmente
su belleza,
su lindo Inglés,
sus traducciones
brillantes,
su poesía fina,
de salón
y su feto
encarcelado
en Cuba,
el de la nueva niña
arrebatada
por la iley
quizás
en New York.
El del otro
hermano muerto
prematuramente
(huelguista
ya en los 70,
tanquista renegado
de ir a Angola,
que tragó
el vómito de fuego
de una pistola
makarof?
que guarda
la laguna?).
El de las mudadas
constantes
y tan caras.
Sodoma y Gomorra
siempre,
en todas partes.
Llegó la nieve
"deslumbrante
y fría"
y hay lamparones
rojos y perversos
y mariposas muertas
con aves que no emigran.
Aunque otro sobrino asile,
cubra el aeropuerto,
aunque otra sobrina
y el cuñado
preparen el recibimiento
con las mejores pompas
y las mejores galas,
aunque planeen fotos
de bienvenida,
aunque haya abrigos,
colchones de espuma,
luces de colores
y aguirnaldas excesivas
y lujosas aguardando
y hasta ficticios
animales de luz
bien fabulosos
y otro sobrino ceda
un carro difícil
y otra hermana
aguarde
el familión deshecho
y los nuevos reencuentros
con la Infancia,
la Adolescencia,
la vieja aldea
de oscuros parques,
las raíces.
(Diciembre 7/2009).
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