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viernes, 18 de enero de 2019

MAS POEMAS DE 2010 EN BOISE IDAHO.

Cae la lluvia otoñal ( Poema de Diana Margarita Ruiz):



Cae la primera y tenue lluvia otoñal
sobre la tierra de nuestra piel desnuda.
Me traes una cerveza fina
y sobra la mujer en tu cocina,
que se sumerge en lo virtual.


Sombras nada más entre tus recuerdos y los míos.
Y somos felices entre tantos detalles de aceitunas.
Entre cactus, flores de ausencia y tunas.
Entre lo sublime y los impíos.


Conquistas mis montes y  oquedades
y las palomas del cariño se revelan
desde los pies a la cabeza adolorida.
Y vas despacio y de punta a punta
por cada ribera de mi vida .
Dueño de todo y de nada te me juntas
porque eres aquel que en mis ojos
detiene, palpita y se rebela
adorando, rechazando
el misterioso Hades.


Esta tarde veo llover nostalgia
por Nelson Ned....y Manzanero
y es feliz y eterno el prisionero
desatado en tu boca y en su magia.

Yan se duerme ( Poema de Diana Margarita Ruiz):

Yan se duerme en el columpio,
y no teme a los ladrones
y comerciantes de niños.
Yo velo su sueño.
Luego volverá a
recorrer el vecindario
en su carro plástico multicolor
e irá a la bañera
a detener su fantasía
en los dinosaurios
y demás fauna
que baña eternamente-
si lo dejan.
Y dice: "Sorry"
después de la perreta
o la malacrianza.
Y es tan tierno
y tan dulce
como sus enfados.
Luego aguarda
su casita linda
y el hotel es
su "New Home".
Y no advierte el siniestro
a su casa, a sus juguetes, a sus ropas
y demás tesoros del Palacio de Familia,
ni las patinetas en la tarde,
ni los aviones comerciales o de guerra,
ni su probable carga de uranio
que sobrevuela
su inocente
y o desenajenado
sueño.

Miro el cielo y los niños (Poema de Diana Margarita Ruiz).

Miro tiernamente el cielo
del crepúsculo otoñal,
cuando ya no me quedan
ni siquiera las estrellas.
Apenas un lucero blanco
que dicen es el planeta Martes.
Rumoran que bombardearon
la luna los americanos
para ver si tenía agua,
y que ahora se está achicando,
y muy pronto se volverá sangre.

Miro tiernamente el patio
de la ex-casa de familia,
y las infartantes cervezas
están optimistas,
como el pan de los aviones,
pues" ya casi cesa la depresión,
y peor fue la de los años 30".

Los niños aprenden a contar
con las piedras del patio,
y la diversidad de los colores
con las hojas de los árboles
y los troncos
listos para el próximo desnudo
y para hacer el amor
con los copos de nieve
y sus múltiples formas,
buenos también
para aprender la Geometría.

Los niños pintan osos y dinosaurios,
lobos y caperucitas locas y rojas
corriendo en sus círculos,
pintan carros, animales, peces, soles,
zoológicos y ferias
y hasta perlas
y parques de divertirse.

Ellos no pintan explosiones en el sol,
ni guerras, ni huracanes,
ni mineros atrapados,
ni incendios de edificios
o guarderías ,ni terremotos,
ni volcanes, ni la crudeza del destierro...
y el hambre o la mala nutrición
existente hasta
en el primer mundo.

Pronto los niños bolean
y o se enojan.
Mas su sonrisa es triunfal
y acaban jadeantes
sobre la hierba,
exhaustos,
libres y felices,
como el gran placer
del paraíso que vendrá
y que sí dibujan
por ser sabios.

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