Lo de menos es el sexo del techo retumbando,
el olor a marihuana
violando la escalera
a mi nariz.
Lo de menos es la basura
tupiendo los canales
para estancar las aguas
en tormenta o inundacion
o desastre atrevido.
Lo de menos es el bistec
atragantado por el hambre irrespeto,
el cable desconectado
al internet,
pagar Netflix por gusto,
que el televisor calle
sus dudosas verdades,
que el teléfono se replete de virus
y hackers que controlan
la ficción de Orwell
ya muy bien superada.
Lo de menos es Orwell
en Marte o en la luna,
millonarios paseando las galaxias
cual Pedro por su casa.
Lo de menos es que violen los derechos,
leyes del adulto mayor y de los locos,
de la Vivienda Justa,
las de privacidad.
Lo de menos son recargos
a un olvido resuelto,
amenazar de Corte, casi de extradición
y con los cocodrilos directo hasta el caimán.
Lo de menos es Juan sin tierra,
sin dientes, sin nada y con todo.
Y sin dientes de nuevo
en este Paraíso
con el que sonaron.
Castro se universaliza.
Gobierna aquí también
a sus anchas,
aparentando anticomunismo
y oposición al Capital
y La ideología alemana
y al Nacional Socialismo
del Holocausto Nazi.
La verdad que no entiendo
nada de lo que pasa.
Me revienta el cerebro.
Lo demás es que la AI
me tiene confundida.
Lo demás es callar
y esperar montanas derretidas,
y cruzar el abismo
a lo desconocido.